En qué creemos

En Elan, nuestra fe está anclada en las verdades atemporales de la Biblia y en la transformación radical que ofrece Jesús. No solo hablamos de creencias, vivimos una fe apasionada y vibrante que desafía lo establecido.

La Palabra de Dios

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios revelada a la humanidad. Creemos que fue escrita por hombres divinamente inspirados, que tiene a Dios por autor, por objeto la salvación y por contenido la verdad sin mezcla de error. Reconocemos su exactitud, su veracidad, su poder y su autoridad como la fuente de todos los principios y las creencias cristianas, que nos enseña y es relevante para nuestras vidas diarias.

Salmo 12:6; Salmo 119:105, 160; Proverbios 30:5-6; Juan 17:17; Hechos 1:16; Romanos 15:4; 16:25-26; 2 Timoteo 1:13; 3:15-17; Hebreos 4:12; 1 Pedro 1:25; 2 Pedro 1:20-21.

Creemos en un Dios eterno y absolutamente santo. Él existe en tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, las cuales han estado en perfecta armonía en amor durante toda la eternidad y servido en diferentes cometidos, pero existiendo iguales en poder, autoridad y siendo lo mismo en esencia.

Génesis 1:1; Génesis 1:26-27; Génesis 3:22; Salmo 90:2; Mateo 28:19; Marcos 1:9-11; Lucas 1:35; Juan 5:21-23; 14:10-11; 15:26; Romanos 1:20; 1 Corintios 8:6; 12:4-6; 2 Corintios 13:14; 1 Pedro 1:15

Creemos que el Padre es el creador del universo y de todas las cosas. Él todo lo puede, está en todo lugar, nunca cambia y lo conoce todo. Es bueno, fiel a su pueblo y sus promesas. En Él vivimos, nos movemos y existimos.

Génesis 1:1; Éxodo 3:14; Salmo 34:8; 135:5-7; 139:7-10; Isaías 45:18; Jeremías 23:24; Daniel 2:22; Malaquías 3:6; Hechos 17:28; Romanos 3:3-4; Apocalipsis 1:8.

Creemos que Jesús es el Hijo de Dios nacido de una virgen. Su naturaleza es completamente humana y divina. Vivió una vida perfecta y sin mancha para morir como el sacrificio perfecto por los pecados de la humanidad. Resucitó venciendo al pecado y a la muerte demostrando su victoria sobre ella para que hoy podamos tener vida en abundancia. Ascendió al cielo sentándose a la diestra del Padre, donde es mediador por nosotros, hasta el día en que regrese a la tierra para reinar como Rey.

Isaías 7:14; 9:6; Mateo 1:18-23; Lucas 1:34; Juan 1:1-5; 1:14; 3:16; 14:10-30; Hechos 1:9-11; Romanos 1:3-4; 1 Corintios 8:6; 15:3-4; Filipenses 2:5-11; 1 Timoteo 2:5-6; 3:16; 6:14-15; Tito 2:13; Hebreos 4:14-15.
Creemos que el Padre es el creador del universo y de todas las cosas. Él todo lo puede, está en todo lugar, nunca cambia y lo conoce todo. Es bueno, fiel a su pueblo y sus promesas. En Él vivimos, nos movemos y existimos.

Génesis 1:1; Éxodo 3:14; Salmo 34:8; 135:5-7; 139:7-10; Isaías 45:18; Jeremías 23:24; Daniel 2:22; Malaquías 3:6; Hechos 17:28; Romanos 3:3-4; Apocalipsis 1:8.

Creemos que el Espíritu Santo es el espíritu de Dios. Es una persona con la misma esencia que el Padre y el Hijo. Él nos confirma y afirma en nuestra relación con Jesús. Nos convence del pecado, de la verdad, de la justicia y del juicio de Dios. Está presente en el mundo y habita en todos los cristianos desde el momento de su salvación, siendo su guía y su fuente de fortaleza y sabiduría. Nos da autoridad y capacidad para vivir siendo más como Cristo, dando la gloria al Padre. Nos conforta, nos da paz y nos provee de los dones espirituales que edifican la Iglesia.

Joel 2:28-32; Juan 14:16-17; 16:7-14; Hechos 1:8; 2:1-4; Romanos 8:9-11; 1 Corintios 2:12; 3:16-17; 2 Corintios 3:17; Gálatas 5:25; Efesios 1:13-14; 5:18.

Creemos que el hombre y la mujer fueron creados para vivir para siempre. Creemos que la vida después de la muerte tiene dos caras: una eternidad separados de Dios por el pecado y una eternidad en la presencia de Dios gracias al perdón y la salvación recibida a través de Jesús.

Juan 3:16; Romanos 6:23, 8:17-18; 1 Juan 2:25, 5:11-13; Apocalipsis 20:15

Creemos que el Padre es el creador del universo y de todas las cosas. Él todo lo puede, está en todo lugar, nunca cambia y lo conoce todo. Es bueno, fiel a su pueblo y sus promesas. En Él vivimos, nos movemos y existimos.

Génesis 1:1; Éxodo 3:14; Salmo 34:8; 135:5-7; 139:7-10; Isaías 45:18; Jeremías 23:24; Daniel 2:22; Malaquías 3:6; Hechos 17:28; Romanos 3:3-4; Apocalipsis 1:8.

Creemos que Jesús es el Hijo de Dios nacido de una virgen. Su naturaleza es completamente humana y divina. Vivió una vida perfecta y sin mancha para morir como el sacrificio perfecto por los pecados de la humanidad. Resucitó venciendo al pecado y a la muerte demostrando su victoria sobre ella para que hoy podamos tener vida en abundancia. Ascendió al cielo sentándose a la diestra del Padre, donde es mediador por nosotros, hasta el día en que regrese a la tierra para reinar como Rey.

Isaías 7:14; 9:6; Mateo 1:18-23; Lucas 1:34; Juan 1:1-5; 1:14; 3:16; 14:10-30; Hechos 1:9-11; Romanos 1:3-4; 1 Corintios 8:6; 15:3-4; Filipenses 2:5-11; 1 Timoteo 2:5-6; 3:16; 6:14-15; Tito 2:13; Hebreos 4:14-15.

Creemos que el Espíritu Santo es el espíritu de Dios. Es una persona con la misma esencia que el Padre y el Hijo. Él nos confirma y afirma en nuestra relación con Jesús. Nos convence del pecado, de la verdad, de la justicia y del juicio de Dios. Está presente en el mundo y habita en todos los cristianos desde el momento de su salvación, siendo su guía y su fuente de fortaleza y sabiduría. Nos da autoridad y capacidad para vivir siendo más como Cristo, dando la gloria al Padre. Nos conforta, nos da paz y nos provee de los dones espirituales que edifican la Iglesia.

Génesis 1:1; Génesis 1:26-27; Génesis 3:22; Salmo 90:2; Mateo 28:19; Marcos 1:9-11; Lucas 1:35; Juan 5:21-23; 14:10-11; 15:26; Romanos 1:20; 1 Corintios 8:6; 12:4-6; 2 Corintios 13:14; 1 Pedro 1:15

Creemos que la Iglesia es el conjunto de todas aquellas personas que han puesto su fe en Cristo y es expresada mediante comunidades locales. Comprometida con las enseñanzas de Cristo, su misión es dar a conocer las buenas noticias al mundo. Esta se reúne con el fin de adorar, orar, estar en comunión y enseñar la Biblia, haciendo discípulos de Jesús y equipando a sus miembros para que encuentren su propósito en Dios. Sus miembros trabajan en unidad y amor siendo parte de la realidad que les rodea para poder sanarla y restaurarla con el fin de glorificar a Cristo

Mateo 16:18-19; 18:15-20; 28:16-20 Juan 17:11; 20-23; Hechos 2:41-47; Efesios 1:22-23; 2:19-22; Colosenses 1:18; 3:15; 1 Timoteo 4:14; 1 Pedro 5:1-4.

Creemos que el Espíritu Santo es el espíritu de Dios. Es una persona con la misma esencia que el Padre y el Hijo. Él nos confirma y afirma en nuestra relación con Jesús. Nos convence del pecado, de la verdad, de la justicia y del juicio de Dios. Está presente en el mundo y habita en todos los cristianos desde el momento de su salvación, siendo su guía y su fuente de fortaleza y sabiduría. Nos da autoridad y capacidad para vivir siendo más como Cristo, dando la gloria al Padre. Nos conforta, nos da paz y nos provee de los dones espirituales que edifican la Iglesia.

Génesis 1:1; Génesis 1:26-27; Génesis 3:22; Salmo 90:2; Mateo 28:19; Marcos 1:9-11; Lucas 1:35; Juan 5:21-23; 14:10-11; 15:26; Romanos 1:20; 1 Corintios 8:6; 12:4-6; 2 Corintios 13:14; 1 Pedro 1:15

Creemos que el bautismo por inmersión es un mandamiento bíblico. Es la confesión pública de haber aceptado a Jesús como salvador personal. Simboliza la identificación con la muerte, el entierro y la resurrección de Jesús, dejando la vieja vida y declarando una nueva en comunión con Cristo y con la Iglesia. El bautismo no salva por sí mismo, pero demuestra amor y obediencia a Cristo.

Mateo 3:16:17; 28:18-20; Colosenses 2:12.

Creemos que el acto de la Santa Cena es un mandamiento para los creyentes en el que se recuerda el sacrificio de Jesús estableciendo el nuevo pacto. El pan y el vino representan el cuerpo entregado y la sangre derramada de Cristo para la remisión de los pecados de toda la humanidad. La celebración de la Santa Cena constituye un testimonio de fe y un acto de proclamación de la muerte redentora y de la resurrección del Señor.

Mateo 18; Mateo 26:26-29; Lucas 22:19; 1 Corintios 11:23-25.

Creemos en la Vida Eterna. Que esto no acaba aquí. Que en la eternidad resucitaremos y estaremos con Dios y reinaremos con él por la eternidad. Reinar quiere decir, gobernar, responsabilidad y trabajo que siga trayendo gloria a Dios en todo su esplendor por siempre.